Viajar
a China es sumergirse en uno de los países que ha ejercido mayor fascinación
para el mundo occidental. A pesar de la multiplicación de los intercambios
artísticos y culturales entre Oriente y Occidente, China permanece asociada con
la idea de misterio y magia, a los fragmentos de una cultura milenaria
materializada en sus grandes construcciones del pasado y al exotismo de esos
nuevos paraísos, como la Gran Muralla China, la Ciudad Prohibida, la Montaña
del Dragón de Jade, la Ciudad Sagrada del Tíbet, la Ruta de la Seda y los
Guerreros Terracota en Xian.
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